Título: Ella es tan Dulce.
Autor: Susan Elizabeth Phillips.
Páginas: 365.
Origen: Norteamericano.
Año: 2004.
Género: Novela, romántica.
Concepto: La chica que había logrado hacerse odiar por todos ha vuelto a Parrish, la pequeña ciudad que había jurado dejar para siempre. Como una princesa rica y malcriada, Sugar Beth Carey había destrozado corazones y arruinado amistades. Pero han pasado quince años, y la vida le ha enseñado unas cuantas lecciones. Ahora vuelve a casa… sin dinero, desesperada y demasiado orgullosa para permitir que se note.
Los habitantes de Parrish no creen en el perdón y el olvido. Cuando sus viejas amigas encuentran la oportunidad de desquitarse no se lo piensan dos veces. Y Winnie Davis, la enemiga más enconada de Sugar Beth, está resulta a infligirle las peores humillaciones.
También está Colin Byrne… Quince años atrás Sugar Beth había intentado arruinar su carrera. Ahora él es rico, poderoso y propietario de la antigua casa de Sugar. Y lo que es peor: este príncipe oscuro de la modernidad planea exactamente el tipo de venganza que podría dejar de rodillas a una hermosa princesa. Ninguno de ellos, sin embargo, cuenta con la fuerza inesperada de una mujer que ha aprendido las lecciones más duras de la supervivencia. Mientras el corazón maltrecho de Sugar Beth lucha por superar viejos errores, Colin debe elegir entre la venganza y el amor. ¿Merece una segunda oportunidad la chica más mala de la ciudad, o algunas cosas no se pueden olvidar nunca?
Ésta no es la primera vez que leo Ella es tan Dulce. Creo que tampoco es la segunda. Tuve la necesidad de volver a agarrarlo después de lo penoso que me resultó el final de Sentido y Sensibilidad. Me hacía falta un poco del romance al que estoy realmente acostumbrada.
No hay nada demasiado brillante ni demasiado destacable de éste libro que lo haga diferenciarse de muchas de las otras novelas románticas que leí en mi vida, pero de un modo o de otro, consigue atraparme. Los personajes son decentemente interesantes, aunque creo que lo que más me cautiva es cuando el personaje masculino en cuestión es británico, temperamental e intenso. Probablemente porque ese es mi ideal de hombre, ¡pero esa sería una cuestión para otro de mis blogs!
Lo empecé anoche, muy lentamente y hoy fui leyendo varios capítulos a lo largo del día, aunque sin ninguna prisa por terminarlo. Voy aproximadamente por la mitad y estoy bastante segura que entre esta noche y mañana llegaré al final.
Hay unas cuentas frases interesantes flotando entre las páginas que, por lo menos a mí, logran hacerme bajar la guardia. Voy a ver si puedo transcribirlas todas para el posteo de mañana (o una gran parte, al menos).
Lo que sí necesito ponerme a hacer urgentemente es escribir. Tengo que volver a poner en práctica mi regla de que la lectura no se iba a interponer con mi escritura.
Ya una semana. Tres libros y medio. Creo que es un promedio más que aceptable.
L.-
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