Libro número 10:
Tokio Blues (Nowergian Word), de Haruki Murakami.
Sigo sin estar del todo segura a donde va el libro. Aunque en un principio pensé que podía ser un fiasco al estilo William Boyd, me sorprende decir que hasta ahora va perfectamente. Me resulta una lectura amena, para nada apresurada. Es posible que me tome varios días, pero no creo que me resulten desagradables. Espero que tampoco sean tediosos.
Lo que más me gusta y destaco de éste libro por el momento, son las frases. Cada tanto una me cautiva y dejo todo para poder tomar nota de ella. Hasta ahora todas las que encontré logran hacerme identificar profundamente. Es un atractivo inapelable.
Tengo dos de esas frases para compartir hoy:
“Solo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz.”
“Si leyera lo mismo que los demás, acabaría pensando como ellos. ¡El mundo está lleno de mediocres!”
Ciertamente me dan algo en qué pensar.
Mañana me voy a pasar mi fin de semana libre a casa de mis primas, donde quizás pueda completar el castigo impuesto. Mi intención es, por supuesto, que la salida no interfiera con el desarrollo de éste proyecto.
Pero a veces uno se divierte tanto que pierde la noción de las reglas.
L.-
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