Día 160.

Libro número 25:

Título: El Guardián Entre el Centeno.
Autor: J. D. Salinger.
Páginas: 274.
Origen: Norteamericano.
Año: 1951.
Género: Novela, drama.
Concepto: Cuanta la experiencia vivida de un adolescente, Holden Caulfield, un chico conflictivo, despreocupado y algo loco, que no tiene por prioridad los estudios en su vida. Encuentra a la mayoría de las personas hipócritas, lo cual le causa más de una expulsión en los colegios donde ha estudiado. Holden proviene de una buena familia adinerada
Tras su última expulsión en el colegio Pencey, vivirá unos días en los que la soledad y los conflictos estarán a la orden del día, hasta su regreso a casa.

En un principio estaba convencida de que leer este libro iba a ser largo y tedioso. No sé por qué lo imaginaba así. Sin embargo, fue una lectura rápida y fácil, y me tragaba capítulos enteros uno detrás del otro cada vez que me sentaba a leer.
No sentí demasiada simpatía hacia Holden Caufield, a decir verdad. Me pareció un pesimista innato y, para citar una canción de Green Day, una contradicción andante: condena la ignorancia pero él mismo no tiene una inteligencia muy admirable, por ejemplo. Le molestan actitudes de los que lo rodean, y él también las adopta. Se la pasa diciendo que odia determinadas acciones/costumbres/personas, y después dice que él no odia nada. No sé, la verdad es que lo encontré muy irritante.
Varias veces tenía la sensación de que la historia no llevaba a ningún lado en particular. Muchas de las conversaciones que Caufield tiene con otros personajes resultan irrelevantes. Muchos de los elementos que aparecen en la trama y que parecen tener algo de importancia, terminan quedando inconclusos. El personaje divaga constantemente al estar contando algo en particular y hace que a veces a uno se le dificulte seguirle el hilo. Es un chico fastidioso, cambiante, indeciso, inútil. Quizás una fiel imagen de los adolescentes de dieciséis años que buscan un lugar en la vida, pero con la carga negativa multiplicada a un cien por ciento.
Ni me gustó ni me disgustó. Para ser sincera, quizás haya agarrado el libro en el momento incorrecto, y me tomé la trama demasiado literalmente. Así y todo, me alegra que no haya sido de esos que me resultan interminables y estoy un mes pasando las páginas miserablemente esperando terminarlo.

Ahora a ver con qué sigo,

L.-