12.10.2010

Día 123.

Publicado por L.- en 22:34

Libro número 18:

Título: Acerca de Roderer.
Autor: Guillermo Martínez.
Páginas: 140.
Origen: Argentino.
Año: 1992.
Género: Novela, Literatura Latinoamericana, Suspenso.
Concepto: En una tensa partida de ajedrez, un adolescente es derrotado por un muchacho de su misma edad, recién llegado al pueblo. Roderer, el vencedor, se va revelando de a poco como un genio oscuro, inmerso en una búsqueda extraordinaria. El relato empieza narrando en contrapunto la vida de los dos protagonistas frente a las tentaciones del mundo, lo demoníaco y lo maligno, la seducción de las mujeres, las formas precarias de existencia, la droga, la guerra e incluso la muerte. Roderer está dispuesto a sacrificarlo todo para obtener lo único que necesita: tiempo. Tiempo para la culminación de su solitaria empresa.

Mis primas me pidieron repetidas veces que leyera éste libro y terminé por aceptar recientemente y me lo traje a casa junto con muchos otros que me prestaron para que vaya sumando a la lista.
La forma en que está escrito me atrajo enseguida, porque me pareció poco convencional, o quizás yo no estoy acostumbrada a leer libros como éste. Admito que me costaba encontrarle el sentido a la trama de a ratos, era como que me perdía sin querer en los delirios racionales de las conversaciones entre Roderer y el otro chico, cuyo nombre no se menciona en ningún momento, y me hace pensar que es otra manera de contrarrestar a ambos personajes: a Roderer se lo nombra a cada rato, como un asombra que va creciendo a lo largo de las páginas, pero el nombre del verdadero protagonista no aparece, como si fuera un detalle menor, sin importancia.
Los dos chicos son increíblemente inteligentes y en sus charlas ese entremezclan teorías filosóficas y teoremas matemáticos, lo que, por un lado, hace que uno se sienta tan inteligente como una larva porque es inevitable marearse un poco (o al menos a mí me pasó, porque de números, matemáticas y demás, no entiendo prácticamente nada) y, por otro lado, hace que uno desee que los chicos de ésta generación fueran un poco más como ellos: no con la locura obsesiva de Roderer, pero sí que fueran capaces de llevar adelante conversaciones de ese tipo, que no se perdieran al escuchar una palabra que se les antoja desconocida e impronunciable, que razonaran, que pensaran, que abarcaran temas más importantes que los que abarcan normalmente.
En sí la historia resulta atrapante porque el misterio de eso que Roderer tanto busca hace que uno quiera llegar al final a ver si lo consigue. Me pareció un buen libro, me sacó un poco de la rutina de lo que normalmente leo, cosa que siempre viene bien.

Todavía tengo una pequeña pila de donde elegir, y empiezo a balancear la lectura a la perfección con la escritura. Supongo que solamente necesitaba sacar el trabajo del medio para poder llevar a cabo todos mis pequeños pero maravillosos proyectos.

L.-

1 comentarios:

Laura Trotta on 4 de enero de 2011, 19:38 dijo...

Es muy difícil leer algo que va en contra de tus principios básicos y creencias. A mí me pasó en el profesorado, por ejemplo con 'La insoportable levedad del ser' de Kundera; y con otros libros también. Es como que todo tu ser choca contra lo que se describe en el libro pero es enriquecedor también, al final,contrastar los puntos de vista para llegar a una síntesis y ésta es que todos somos distintos.Esta diferencia nos complementa también como seres humanos y nos muestra la heterogeneidad en la que vivimos.
De igual manera, comparto en que la lectura debe ser amena y placentera y no por obligación.

 

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