8.31.2010

Día 22.

Publicado por L.- en 22:57 0 comentarios

Libro número 7:

En Resumidas Cuentas, de William Boyd.

Esto ya es peor que cuando no podía terminar Arlington Park. No quiero sonar como la estúpida que sólo lee novelitas románticas, pero sinceramente me saca de quicio que ninguno de los relatos vaya a ningún lado.
Raramente, dos relatos fueron correlativos: contaron la vida de un chico inglés que se va a vivir a Niza para estudiar. En el primero se ven los períodos de adaptación y los problemas económicos que enfrenta durante la etapa temprana de su estadía. En el segundo, su relación con una chica y cómo codicia en silencio a su hermana gemela.
Otra vez, ningún final concreto ni, valga la redundancia, finalidad concreta. Es como si simplemente todo quedara inconcluso o si fuera dejado ahí, al criterio de cada uno, como si la tarea de encontrar un desenlace fuera de los lectores.
Ya lo estoy leyendo con muy poquitas ganas y creo que me va a costar mucho terminarlo. De vez en cuando, sin embargo, algún breve fragmento me sorprende o me agrada… pero la inconstancia de ese deleite hace que prefiera dejar el libro de lado después de un par de páginas y ponerme a hacer cualquier otra cosa.

L.-

8.30.2010

Día 21.

Publicado por L.- en 23:03 0 comentarios

Libro número 7:

En Resumidas Cuentas, de William Boyd.

Admito que hoy me porté mal. Leí un solo relato y luego dejé el libro y me olvidé de él.
Era la historia de un diplomático inglés instalado en África que contrae una enfermedad venérea por tener sexo con una prostituta. Es un personaje despiadado y sumamente desagradable, egoísta. Tampoco encontré mucho sentido en éste relato. No sé si la idea de Boyd era la de mostrar que en cierto modo uno cosecha lo que siembra y si en realidad quería demostrar la naturaleza perversa y malintencionada de los seres humanos.
No sé muy bien a donde voy con éste libro. Tengo dos días libres por delante y la idea de invertirlos en leerlo no me atrae demasiado…

L.-

8.29.2010

Día 20.

Publicado por L.- en 23:29 0 comentarios

Libro número 7:

En Resumidas Cuentas, de William Boyd.

Hoy avancé a lo largo de dos relatos más.
El primero se encargaba de reflejar la historia de un grupo de alumnos de un colegio pupilo escocés. La historia resulta ser una suerte de American Pie literario: tres chicos absolutamente decididos a iniciarse sexualmente y dispuestos a todo para conseguirlo. A mí parecer es un espejo más que fiel de la sociedad en la que vivimos: a la hora de llegar a la cama con alguien, todo lo demás carece de importancia. La arrogancia adolescente de creer poder llevase el mundo por delante. La más explícita descripción de que el fin justifica los medios. Las preocupaciones obsoletas de chicos que todavía no salieron a vivir en el mundo real.
El segundo retrataba la obsesión desmedida de un hombre cuya vida es tan vacía, tan aburrida, tan rutinaria… que hace de su mediocre trabajo la razón por la que respira cada día. Un tipo quisquilloso, casi enfermizo, realmente frustrante. Lo absurdo de basar nuestras vidas en algo carente de sentido.
No es un libro para leer por entretenimiento. Me estoy dando cuenta que es más algo para pensar, para analizar, para descubrir. La escritura de William, Boyd es casi impecable y los temas que aborda muy diversos. Lo único que le falta, en mi opinión y hasta el momento, es ese pequeño detalle emocionante que te da ganas de devorar las páginas una tras otra.

Dudo que logre encontrarlo en los relatos restantes, pero con probar, no pierdo nada.

L.-

8.28.2010

Día 19.

Publicado por L.- en 23:48 0 comentarios

Libro número 7:

En Resumidas Cuentas, de William Boyd.

Leí los tres primeros relatos cortos que componen éste libro. El primero me pareció una cruda muestra del maltrato animal y de cómo los padres no inculcan buenas costumbres a sus hijos. El segundo no parecía tener una finalidad concreta, como si fuera el esbozo de una vida desperdiciada. Y el tercero no tenía sentido, como si por medio de la condición física que se describía se quisiera dar a entender lo demente de la situación, lo desbandado de los actos de los personajes, lo inconexo que resulta todo.
Hasta ahora todo tiene un tinte más o menos interesante, aunque admito que no parece ser una lectura llevadera. Es probable que me cueste concentrarme en leerlo.
Copié una frase que me gustó y con la que, en cierto modo, me sentí identificada:
“En mi mundo, la verdad es exactamente lo que yo quiero creer”.

Mañana voy a tener tiempo de leer en el trabajo. Veamos qué tal me va.

L.-

8.27.2010

Día 18.

Publicado por L.- en 23:27 0 comentarios
Libro número 7:



Título: En Resumidas Cuentas.
Autor: William Boyd.
Páginas: 317.
Origen: Inglés.
Año: 1993.
Género: Relatos cortos.
Concepto: Los mundos subterráneos de un Los Ángeles sin oropeles. Sexo adolescente en un colegio escocés. Dos aventuras de Morgan Leafy – a quien conocemos por Un Buen Hombre en África. Violencia, humor, experimentación literaria, ingenio, sabiduría en 18 relatos: todo un muestrario del talento de William Boyd, uno de los valores más asentados de la nueva literatura británica.

Presiento que éste me va a tomar bastante tiempo. No por una cuestión de gusto o ganas, si no por una cuestión de, precisamente y valga la redundancia, de tiempo. Estoy en una especie de frenesí con la escritura que realmente quiero aprovechar, por lo que es posible que me atrase en la lectura.
Escuché hablar de William Boyd por primera vez gracias a una de las personas que más adoro en éste mundo, aunque fue por un libro diferente, titulado Las Aventuras de un Hombre Cualquiera, que debo admitir que me fascinó. La escritura de Boyd es magnífica. No espero menos que eso en ésta ocasión.
Tiene pinta de ser bastante llevadero, en especial por todo éste asunto de ser relatos cortos.
Espero poder encontrar buenas frases para armar algunas citas y poner ejemplos. Por ahora, me voy a sumergir en la lectura.

L.-

8.26.2010

Día 17.

Publicado por L.- en 23:19 0 comentarios

Libro número 6:

Tengo un Manny en Casa, de Holly Peterson.

Definitivamente un libro para leer estando enferma, o demasiado aburrida, porque de otra manera resulta decepcionante.
El final me pareció bastante sin sentido. Si bien los personajes estaban decentemente desarrollados, no tenían nada de memorables. No es la clase de libro que en un par de meses voy a querer releer desesperada.
Por lo menos me permitió dedicarme más abiertamente a escribir, porque no estaba tan colgada de sus páginas como para olvidarme del resto del mundo. Un punto a ¿favor?

A ver si logro subir la categoría de la lectura con el próximo…

L.-

8.25.2010

Día 16.

Publicado por L.- en 23:41 0 comentarios

Libro número 6:

Tengo un Manny en Casa, de Holly Peterson.

Tengo que admitir que quizás éste no es la joya literaria más grande de la historia pero cuando pasas tu primer día franco engripada y metida adentro, es una opción maravillosa.
Acabo de soltarlo sólo porque vi la hora y me di cuanta de que en veinte minutos es un nuevo día y todavía no hice mi post correspondiente a hoy. Estoy en la recta final y ciertamente no tengo idea cómo va a terminar. Eso sí, después de tantas idas y venidas, si no me gusta el último capítulo, lo prendo fuego.

Mejor voy a sacarme las dudas…

L.-

8.24.2010

Día 15.

Publicado por L.- en 23:23 0 comentarios
Libro número 6:

Título: Tengo un Manny en Casa.
Autor: Holly Peterson.
Páginas: 398.
Origen: Norteamericano.
Año: 2007.
Género: Novela, romántica, comedia.
Concepto: ¿Que puede hacer una madre trabajadora de Park Avenue cuando su hijo necesita desesperadamente un modelo masculino, y su padre, un exitoso abogado, solo piensa en el trabajo? Si es como la valiente heroína de esta historia, hará lo que cualquier otra mujer en su lugar: contratar a un manny. Jamie Whitfield vive en la zona más chic de Manhattan y aparentemente tiene todo lo que puede desear. Le falta, si embargo, una figura paterna para su conflictivo hijo de nueve años, Dylan. Pero los ricos aun no han topado con un problema que no puedan resolver contratando a alguien para que se encargue de ello. Al principio, la idea de pagar a un hombre para que sirva de modelo de Dylan parece demasiado absurda para ser verdad. Pero un solo vistazo a Peter basta para convencer a Jamie de que su plan quizás no resulte tan descabellado después de todo. Peter es un hombre tranquilo, competente… e irresistiblemente encantador.

Sí, otra novelita de éstas. Creo que después de la negrura de Arlington Park me hacía falta algo más fresco, así que me decidí por ésta que compré hace unos meses y todavía no había leído.
No sé si es que últimamente no estoy eligiendo bien los libros o qué, pero hasta el momento (los cinco capítulos que llevo leídos) me resultó bastante aburrido. De todos modos estoy resulta a darle una oportunidad y voy a sentarme a leerlo con más detenimiento en los próximos días.
La historia, hay que admitirlo, tiene un cierto encanto.

L.-

8.23.2010

Día 14.

Publicado por L.- en 23:32 0 comentarios

Libro número 5:

Arlington Park, de Rachel Cusk.

Terminé. Terminé al fin.
Pero siento que no me dejó nada. Arlington Park no me dejó nada. Quizás sólo una escritura impecable; pero la historia en sí es llana, no se desarrolla hacia ningún destino concreto, no tiene personajes memorables, no tiene diálogos perdurables.
No me pareció depresivo. Solamente me dio pena, pena por esas personitas ficticias que se sentían tan miserables, que nada les causaba felicidad. La pena de contemplar una existencia desperdiciada. La certeza de no querer terminar así nunca jamás.
Uno más, un día menos. Mi promedio semanal se redujo estrepitosamente, pero creo que es comprensible. Estuve tratando de escribir, trabajar y leer todo al mismo tiempo. Siempre va a haber uno que tenga que ser sacrificado.

Revolviendo en los estantes en búsqueda de lo que sigue,

L.-

8.22.2010

Día 13.

Publicado por L.- en 23:28 0 comentarios

Libro número 5:

Arlington Park, de Rachel Cusk.

El hecho de que no logre terminar éste libro de una vez, creo yo, se debe o bien a que estoy teniendo menos tiempo de perderme entre sus páginas o que no me resulta tan atrapante como otros. O podría ser una combinación de ambos. Así y todo, estoy determinada a llegar al final cuanto antes.
El último capítulo que leí, mitad anoche, mitad ésta tarde antes de ir a trabajar, fue terriblemente tedioso. Se centró en la historia de una mujer que sentía que ella y su marido, más que vivir la vida, estaban actuando en una obra. En su vida hay una increíble falta de perfección. No le gusta en lo que se convirtió. No tiene motivaciones. Ni siquiera sus hijas le merecen ya ninguna importancia.
Leyendo éste libro veo lo fatalistas que llegan a ser los seres humanos (obviamente, me incluyo). Está bien, muchas veces podemos sentir que algo nos falta en nuestra vida, que hay algo ahí afuera que podría regalarnos un dejo más de felicidad… pero las mujeres representadas en éste libro, no tienen un solo rayo de sol en sus vidas. Sus maridos no las entienden, sus hijos las hartan, sus amigas las molestan, sus vecinas son odiosas, sus trabajos mediocres… a veces, me parece un poco demasiado.

Quiero el final y lo quiero ahora.

L.-

8.21.2010

Día 12.

Publicado por L.- en 23:31 0 comentarios

Libro número 5:

Arlington Park, de Rachel Cusk.

Si ayer tuve poco tiempo, hoy fue aún más caótico, tratándose de mi primer día de trabajo. Pero estoy absolutamente convencida de que puedo llevar adelante éste proyecto sin tener que sacrificar ningún otro aspecto de mi vida.
Ésta mañana escribí un poco antes de ir a trabajar, pero anoche me dediqué por completo a la lectura. Estoy a solo tres capítulos del final, al que con suerte llegue hoy.
Entre las páginas que devoré anoche, encontré ésta frase que ciertamente me encantó: “Se preguntaba si los libros que más le gustaban la consolaban precisamente porque eran manifestaciones de su aislamiento. Eran como lucecillas en un desierto, en un páramo inmenso. Desde lejos parecían numerosas y muy juntas, pero al acercarte comprobabas que las separaban vastos lagos de negrura vacía.”
Tiendo a identificarme prácticamente con cualquier frase que contenga la palabra “libro” en ella.
Posteo, me desconecto, adelanto un poco más la escritura y a leer.

L.-

8.20.2010

Día 11.

Publicado por L.- en 22:40 0 comentarios

Libro número 5:

Arlington Park, de Rachel Cusk.

El primer post-fracaso de éste blog, ya que no tuve oportunidad de sentarme a leer demasiado. No tengo ninguna frase anotada que quiera compartir, no avancé más de veinte páginas entre ayer y hoy. Y eso que lo último estaba bastante interesante…
Hoy conseguí trabajo, por lo que a partir de mañana voy a poder comprobar qué tan bien se me da éste proyecto acompañado de una jornada laboral.
Sea como sea, prometo algo más alentador mañana. Al menos una cita de relleno. Y, si se puede, el comentario y la crítica final.
Mejor me voy a leer, para compensar un poco la falta de tiempo de hoy.

L.-

8.19.2010

Día 10.

Publicado por L.- en 23:16 0 comentarios

Libro número 5:

Arlington Park, de Rachel Cusk.

El libro sigue tal y como empezó: con una escritura impecable. Sigue sin ser demasiado entretenido, pero de vez en cuando alguna que otra frase resalta entre las otras y hace que cobre un tinte totalmente diferente, como por ejemplo, ésta:
“-El problema es que he olvidado cómo pasarlo bien- señaló Christine-. Creo que todas hemos olvidado cómo pasarlo bien. Me preocupo tanto por los refugiados, las víctimas de terremotos, los niños desaparecidos y los millones de personas que se mueren de hambre que me olvido de divertirme. Ésa es la verdadera tragedia. ¡Qué perdida de tiempo! No pasarlo bien es desperdiciar una buena vida.”
Todo los personajes tienen pensamientos que al leerlos nos resultan inusuales: esposas que se convencen de que sus maridos son asesinos, madres que miran a sus hijos y les parecen feos, seres humanos que perdieron su humanidad a merced de puro egoísmo. Es raro y en ocasiones se me antoja chocante, pero está bueno, para variar, leer algo que se sale de las pautas establecidas.
Ya voy por la mitad, más o menos, y mañana voy a tener bastante tiempo que matar, así que supongo que adelantaré algunos capítulos más.
Por ahora, y al contrario de lo que mi prima esperaba, no siento ningún tipo de depresión apoderándose de mí. Espero que no me alcance en los próximos días.

L.-

8.18.2010

Día 9.

Publicado por L.- en 22:25 0 comentarios
Libro número 5:

Título: Arlington Park.
Autor: Rachel Cusk.
Páginas: 302.
Origen: Inglés.
Año: 2006.
Género: Novela, drama.
Concepto: La novela transcurre a lo largo de un día lluvioso en Arlington Park, un acomodado barrio inglés de clase media-alta cuyos residentes encarnan los dudosos logros de la civilización: prosperidad material, libertad personal e indiferencia moral. En este barrio, los hombres trabajan, las mujeres cuidan de los niños y la gente, en general, hace lo que se espera de ella. La autora revela un mundo carente de objetivos, presidido por la mediocridad y la carencia de afecto.

Empezó bien. Empezó con lluvia, y no hay cosa que me agrade más. Todo un capítulo dedicado a la descripción de la lluvia que cae sobre Arlington Park, y que es la que desata, según parece, toda la trama.
Mi prima, la dueña del libro, me advirtió que tendría un tinte bastante depresivo y que si quería leerlo, iba a necesitar estar de muy buen humor. La verdad que eso en realidad me produjo más curiosidad que otra cosa y, a riesgo de perder el humor bastante decente que estoy teniendo estos días, lo empecé anoche.
Lo que más me gustó hasta el momento es la escritura, que considero está excelentemente desarrollada. No es un libro que resulte entretenido, por el momento, pero sí es atrayente por la manera en que está redactado.
Extraje una frase que me pareció bastante interesante, para poner un ejemplo: “Cuando no estaba con él, contemplaba el amor desde la distancia y le parecía fácil, un ascenso sencillo hasta la cima soleada. Pero cuando estaba allí, cada vez más cerca, le parecía imposible coronarla. ¿Qué seria de ella si era incapaz de amar?”
No augura ser algo que vaya a terminar rápido, ¡pero por lo menos lo estoy disfrutando más de lo que creí!

L.-

8.17.2010

Día 8.

Publicado por L.- en 22:56 0 comentarios

Libro número 4:

Ella es tan Dulce, de Susan Elizabeth Phillips.

Hace tan sólo veinte minutos terminé de leer Ella es tan Dulce. Como bien dije ayer, no lo leía por primera vez, sino que lo hice por una necesidad de algo conocido, cómodo y que me brinda cierta calidez.
Releer libros es descubrir y rememorar detalles, por tontos que sean, que se te habían borrado de la memoria. En éste caso en particular, había algunas pequeñas cosas de la historia que no recordaba, pero los personajes estaban bien frescos y grabados en mi memoria, porque considero que están muy bien logrados.
Una vez más entra en juego el prejuicio de si las novelas románticas pueden considerarse literatura seria o no. Yo, por mi parte, las aplaudo, porque me parecen fantásticas. Quizás no sean terriblemente, admirablemente inteligentes, pero cualquier libro que haga aflorar una sonrisa o una lágrima es simplemente bueno, sin importar el género.
Dije que iba a recopilar algunas frases que fuera encontrando, pero las más importantes y las que más llaman la atención por la manera en que a una se le eriza la piel al leerlas son todas más o menos del estilo de “Juro que nunca he querido agredir a ninguna mujer, pero te juro que o hacemos el amor, o voy a pegarte.” ¿Qué es una buena historia de amor sin una frase semejante?
Así que elegí la siguiente, que me pareció adecuada y completamente útil en la vida real:
La gente siempre intentará quitarte tu poder. Si las cosas te van bien, dirán que es porque eres rica y tus padres son unos peces gordos. También la gente que te aprecia intentará quitarte el poder, aunque éstos lo harán de otro modo. Si fracasas en lo que sea, intentarán alentarte diciendo que nadie es perfecto y que no deberías ser tan exigente contigo misma. Te dirán, por ejemplo, que no debes preocuparte por haber suspendido un examen de matemáticas, porque las mates son difíciles para las chicas. O que no debes indignarte tanto por la injusticia que reina en el mundo, porque no podrás remediarla. Y, por muy buenas que sean tus intenciones, de esa manera estarán pidiéndote que seas menos de lo que puedes ser.”

Eso, por lo menos a mí, me animó bastante.
¡Hasta mañana!

L.-

8.16.2010

Día 7.

Publicado por L.- en 22:08 0 comentarios
Libro número 4:

Título: Ella es tan Dulce.
Autor: Susan Elizabeth Phillips.
Páginas: 365.
Origen: Norteamericano.
Año: 2004.
Género: Novela, romántica.
Concepto: La chica que había logrado hacerse odiar por todos ha vuelto a Parrish, la pequeña ciudad que había jurado dejar para siempre. Como una princesa rica y malcriada, Sugar Beth Carey había destrozado corazones y arruinado amistades. Pero han pasado quince años, y la vida le ha enseñado unas cuantas lecciones. Ahora vuelve a casa… sin dinero, desesperada y demasiado orgullosa para permitir que se note.
Los habitantes de Parrish no creen en el perdón y el olvido. Cuando sus viejas amigas encuentran la oportunidad de desquitarse no se lo piensan dos veces. Y Winnie Davis, la enemiga más enconada de Sugar Beth, está resulta a infligirle las peores humillaciones.
También está Colin Byrne… Quince años atrás Sugar Beth había intentado arruinar su carrera. Ahora él es rico, poderoso y propietario de la antigua casa de Sugar. Y lo que es peor: este príncipe oscuro de la modernidad planea exactamente el tipo de venganza que podría dejar de rodillas a una hermosa princesa. Ninguno de ellos, sin embargo, cuenta con la fuerza inesperada de una mujer que ha aprendido las lecciones más duras de la supervivencia. Mientras el corazón maltrecho de Sugar Beth lucha por superar viejos errores, Colin debe elegir entre la venganza y el amor. ¿Merece una segunda oportunidad la chica más mala de la ciudad, o algunas cosas no se pueden olvidar nunca?

Ésta no es la primera vez que leo Ella es tan Dulce. Creo que tampoco es la segunda. Tuve la necesidad de volver a agarrarlo después de lo penoso que me resultó el final de Sentido y Sensibilidad. Me hacía falta un poco del romance al que estoy realmente acostumbrada.
No hay nada demasiado brillante ni demasiado destacable de éste libro que lo haga diferenciarse de muchas de las otras novelas románticas que leí en mi vida, pero de un modo o de otro, consigue atraparme. Los personajes son decentemente interesantes, aunque creo que lo que más me cautiva es cuando el personaje masculino en cuestión es británico, temperamental e intenso. Probablemente porque ese es mi ideal de hombre, ¡pero esa sería una cuestión para otro de mis blogs!
Lo empecé anoche, muy lentamente y hoy fui leyendo varios capítulos a lo largo del día, aunque sin ninguna prisa por terminarlo. Voy aproximadamente por la mitad y estoy bastante segura que entre esta noche y mañana llegaré al final.
Hay unas cuentas frases interesantes flotando entre las páginas que, por lo menos a mí, logran hacerme bajar la guardia. Voy a ver si puedo transcribirlas todas para el posteo de mañana (o una gran parte, al menos).
Lo que sí necesito ponerme a hacer urgentemente es escribir. Tengo que volver a poner en práctica mi regla de que la lectura no se iba a interponer con mi escritura.
Ya una semana. Tres libros y medio. Creo que es un promedio más que aceptable.

L.-

8.15.2010

Día 6.

Publicado por L.- en 23:28 0 comentarios

Libro número 3:

Sentido y Sensibilidad, de Jane Austen.

Cuando me puse a leer esta tarde estaba determinada en que hoy fuera el día en que terminara éste libro. Y así fue, hace más o menos una hora.
Como ya hice un breve recuento de algunas cosas que me parecía valían la pena analizar a lo largo de la trama en los posts anteriores (a ser vistos aquí y aquí), me voy a limitar a hablar un poco, y sin riesgo de arruinarle la historia a nadie, del final.
No esperaba un final digno de las novelas románticas contemporáneas a las que estoy tan acostumbrada, pero tampoco esperaba un final tan apresurado y falto de detalles como me pareció éste. Siento que no soy digna de estar decepcionada de una escritora de la altura de Jane Austen, pero con vergüenza admito que lo estoy. Creo que la falta de extensión (quizás con dos o tres capítulos más hubiese sido diferente) le quitó toda emoción. Que las cosas se sucedan una tras otras en una especie de resumen me desilusionó. ¿Para qué leer cuatrocientas páginas de idas y venidas, si el final va a estar reducido a dos y le va a quitar importancia a todo lo demás?
Es posible que en el futuro pruebe suerte con otro libro de Austen. Probablemente con Orgullo y Prejuicio, que tristemente nunca tuve la oportunidad de tener a mano. Sin embargo, vi la película (aunque odio ver películas basadas en libros sin conocer el material original) y me fascinó. Será cuestión de darle otra oportunidad.
De éste género, de éstas épocas, me quedo por ahora con Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë, del que me enamoré perdidamente hace menos de un año. Quizás sería hora de darle una releída…
Pero, mientras tanto, me pongo en busca de un nuevo libro con el que empezar enseguida. Y, esta vez, voy a buscar algo más alegre y llevadero.

L.-

8.14.2010

Día 5.

Publicado por L.- en 23:47 0 comentarios

Libro número 3:

Sentido y Sensibilidad, de Jane Austen.

Ésta vez tuve todavía menos ocasión de leer porque me pasé todo el día con un amigo dando vueltas por ahí. Si bien me senté con el libro entre manos mientras lo esperaba, no pude avanzar más de dos o tres capítulos.
La historia va cobrando cierta intensidad gracias a los dramas, pero todo se maneja de una forma que en estos tiempos parece perplejamente densa, aunque afectada, que hace que esa intensidad no logre alcanzar un punto máximo.
A riesgo de arruinarle el libro a alguien (si no quieren detalles de la trama, sáltense al próximo párrafo), necesito poner un ejemplo para graficar lo que me pareció: Marianne Dashwood descubre que aquél hombre que creía enamorado de ella y en quién confiaba, no es más que un mentiroso que la utilizó y al que se lo acusa de cosas terribles (que no voy a especificar para tampoco aguarles todo el tema). La reacción de Marianne es de desfallecimiento, empieza a padecer terriblemente aquel desengaño, mientras todos a su alrededor comentan el tema, escandalizados. Pero todo el mundo se comporta con tanta propiedad, nadie se sale del papel que deben interpretar a rajatabla según lo que el resto de la sociedad impone, que resulta frustrante y antinatural. Creo que si a mí me pasara algo como esto (que hoy en día tampoco es tan extraño, si no al contrario), mi mamá no reaccionaría escribiéndome cartas en las que declara cuán decente le parecía el muchacho en cuestión, lo terrible que es lo que acontece y demás. Creo que en su lugar mi mamá (y qué no decir de mi papá), cazaría un palo de amasar y le reventaría la cabeza a golpes al responsable.

A éstas alturas no sé muy bien cómo va a terminar la trama, porque no parece encaminarse a ningún destino en concreto. Tendré que seguir leyendo para averiguarlo (¡y sinceramente espero que no me tome muchos días más!).

L.-

8.13.2010

Día 4.

Publicado por L.- en 22:39 0 comentarios

Libro número 3:

Sentido y Sensibilidad, de Jane Austen.

Hoy no tuve demasiada oportunidad de leer, por lo que me estaba poniendo al día en éste momento. Los capítulos que logré avanzar entre la madrugada de ayer y las escasas horas de lectura de hoy, admito que me resultaron más tediosos de lo que auguraba el principio.
Creo que empiezo a atribuirlo a las características de los personajes de éstas épocas. Tengo que decir que me irritan un poco ciertos aspectos, como esa insistencia en las constantes e interminables reuniones o actividades sociales que yo, de haber estado viva en esos tiempos, no habría aguantado ni una semana. Creo que también, considerando el siglo en que vivimos, la inocencia, si se quiere, de las hermanas Dashwood me parece un poco artificial. Claro que ellas no vivían en eras de tecnología, lenguaje vulgar y revolcones de una noche, pero en contraste a lo que uno acostumbra escuchar, lo afectado de sus relaciones, lo dramático que les parecen algunas cosas que a nosotros nos parecen normales o aburridas, llega a molestar. Por lo menos a mí, me da ganas de abrir el libro bien por la mitad y gritarles a las esas ficticias mujeres que no sean tan estúpidas.
Tengo la sensación, a su vez, de que gran parte de la trama (ya voy por más de la mitad) pasa en una especie de conversación interminable entre uno u otro personaje, sin que ésta tenga en particular, ningún interés o importancia. Obviamente, todavía tengo mucho camino por delante, así que es posible que todas esas cosas cobren algún sentido en los capítulos siguientes.
Voy a seguir leyendo a ver qué tal sigue todo este asunto. ¡Al menos es mejor que el de Will North!

L.-

8.12.2010

Día 3 (parte II).

Publicado por L.- en 22:58 2 comentarios

Libro número 3:

Título: Sentido y Sensibilidad.
Autor: Jane Austen.
Páginas: 430.
Origen: Inglés.
Año: 1811.
Género: Novela, romántica, drama.
Concepto: Su historia, que se desarrolla en la Inglaterra de principios del siglo XIX, narra las alegrías y tristezas de las hermanas Elinor y Marianne Dashwood.
Tras la muerte de su padre, las muchachas, que viven junto a su madre y su hermana menor, quedan desamparadas y a merced de John, su medio hermano (producto de un primer matrimonio del hombre fallecido), quien resultó ser el único heredero del patrimonio familiar.
Casi en la ruina, el grupo se muda a una casa de campo que les ofrece un pariente y, por ese entonces, las jóvenes conocen a tres hombres que les harán experimentar desde el romance hasta la desilusión amorosa. Tiempo después, un viaje a Londres cambiará sus vidas para siempre.
A través de esta historia y las descripciones de ambas figuras femeninas (donde Elinor aparece caracterizada como una mujer que enfrenta la vida con seriedad y respeto y actúa a través de la razón y Marianne como una persona sensible que se deja llevar por sus emociones), Austen ofrece un profundo retrato de la sociedad británica del siglo XIX, así como también un análisis del estilo de vida, las costumbres y las leyes que regían en una época donde la mujer no tenía derechos y, a nivel social, era una especie de objeto decorativo cuya vida dependía de la voluntad de los hombres.

Éste tipo de libros suelen tener para mí un lento comienzo. Tardo muchísimo tiempo en avanzar a través de los capítulos iniciales y llegar al corazón de la historia donde todo empieza a cobrar más emoción. Al menos eso fue lo que me ocurrió con Cumbres Borrascosas… pero extrañamente, con Sentido y Sensibilidad empecé de un tirón.
En cosa de dos horas había logrado avanzar a lo largo de nueve capítulos. Quizás es porque estoy leyendo en cantidad últimamente, o porque simplemente me fascinó la historia, pero no me podía detener.
Al analizar las costumbres de esas épocas, me sorprenden los problemas triviales que solían encerrar las jóvenes: lo único que les preocupaba era encontrar marido. Sus más grandes miedos iban de no encontrar a alguien que tuviera su mismo gusto por el arte, hasta llegar a los veintisiete años y estar soltera. Hoy en día todas estas cosas parecen meras estupideces, pero en aquellos tiempos consistía de un verdadero conflicto para ellas.
Una de las cosas que más me atrae de éste tipo de libros es el lenguaje. Me maravilla pensar que en otras épocas la gente hablaba de esa manera (“No debes sentirte ofendida, Elinor, si mis alabanzas no corresponden en todo punto con tu propio concepto de sus cualidades. No he tenido tantas ocasiones como tú de apreciar las más recónditas propensiones de su alma, sus gustos e inclinaciones, pero tengo la mejor opinión de su bondad y buen juicio. Veo en él solo cosas valiosas y agradables”) y veo el contraste en los días de hoy, en que la gente ni siquiera sabe conjugar los verbos… y me da pena que no podamos vivir en tiempos y lugares donde las chicas de dieciséis años hablaban de esa forma.
Ésas son las conclusiones que saqué hasta ahora. Estoy bastante entusiasmada con la historia, así que no creo que me lleve mucho tiempo más terminarlo. ¡Ya veremos mañana!
La buena noticia es que estoy encontrando el balance entre la lectura y la escritura. Éste proyecto está yendo por el mejor camino posible…

L.-

Día 3 (parte I).

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Libro número 2:

El Largo Camino a Casa, de Will North.

Terminé al fin éste libro (sólo me tomó un día y medio leerlo pero me sonó a eternidad). Me decepcionó un poco, sí. Principalmente porque el final era la única oportunidad que el autor tenía para sorprender, y lo que hizo fue algo totalmente previsible. Tan previsible que le sacó toda la emoción.
No tengo realmente mucho más que comentar al respecto. Los personajes no estaban mal. Sus historias, sus miedos, sus deseos… todo el contexto de los personajes estaba bien. Pero los lapsos de tiempo, algunas escenas innecesarias… no sé. No es lo peor que leí en mi vida, pero tampoco nada memorable.
Esperemos que el próximo sea mucho mejor.

L.-

8.11.2010

Día 2.

Publicado por L.- en 22:08 0 comentarios
Libro número 2:


Título: El Largo Camino a Casa.
Autor: Will North.
Páginas: 332.
Origen: Norteamericano.
Año: 2007.
Género: Novela, romántica, drama.
Concepto: Cuando Fiona Edwards ve al mochilero coger resueltamente el camino que conduce a su posada, en una granja perdida en las montañas de Gales, se siente perpleja. Está acostumbrada a las visitas inesperadas, pero no a que estas lleguen andando. El hombre con quien s encuentra al abrir la puerta es de mediana edad, va sin afeitar, está cubierto de sudor… y es irresistiblemente atractivo.
Alec Hudson es americano, y ha cargado con las cenizas y el recuerdo de su ex esposa desde Londres para cumplir con su último deseo.
Lo que ninguno de los dos sabe en ese momento es que sus vidas están a punto de cambiar para siempre.
Ésta primera novela de Will North es una historia sobre el dolor y la esperanza, el amor y la pérdida, el sentimiento de culpa y la pasión, que se desarrolla en una paisaje natural de belleza sobrecogedora que esconde peligros imprevisibles.

Para casi todo el mundo, el género romántico no es exactamente literatura seria. Piensan que con un par de escenas subidas de tono y un final a toda lágrima se tiene una novela decente, pero no es así. El género romántico es en realidad un gran desafío. La línea entre lo que emociona y lo que aburre es muy fina. Hay que ser increíblemente cuidadoso para no traspasarla.
Otro desafío de éste género es no caer en clichés. Es muy fácil encontrar una trama para una historia de amor. Es muy difícil hacerla única.
Cabe aclarar que estos libros están entre mis favoritos. Puedo perderme sin problema alguno en la historia y he leído muchísimos a lo largo de los años. Y pude comprobar, sin miedo a equivocarme, que los hombres no saben escribir novelas románticas. Quizás saben escribir historias de vida, pero no de amor. No tienen esa sensibilidad, ese ojo crítico, esa especie de ideal plasmado bien en el fondo del alma para crear algo que al leerlo nos haga conmover, nos haga chillar de emoción, nos haga aferrarnos al libro y no poder soltarlo hasta que se termina.
Al menos es esto lo que me pasa con éste libro en particular. En una historia de amor uno espera pacientemente que llegue ese momento, ese primer beso, ese primer contacto que es mágico, que casi nos hace sentir en carne propia… y la verdad me decepcionó terriblemente. Se me antoja como una suerte de Los Puentes de Madison County, pero sin la gracia de ese libro. Robert James Waller supo plasmar mejor la necesidad de esas dos personas que tenían ya una vida construida y encontraban de pronto todo lo que les había estado haciendo falta.
En El Largo Camino a Casa, ni siquiera pude, hasta el momento, encontrar una frase memorable. Cualquier romance que se precie tiene que tener una. ¡O más!
Presiento que éste libro va a servir sobre todo, y valga la redundancia, para llenar estantes.

L.-

8.10.2010

Día 1.

Publicado por L.- en 22:06 0 comentarios
Libro número 1:



Título: Hamlet.
Autor: William Shakespeare.
Páginas: 172.
Origen: Inglés.
Año: 1601.
Género: Obra de teatro.
Concepto: La tragedia de Hamlet traza el admirable retrato de un legendario príncipe de Jutlandia, soñador, contemplativo, sumido en dudas e irresoluciones, que, obligado a esclarecer los motivos que llevaron a la muerte de su padre, sucumbe ante la fatalidad de las circunstancias. Su locura no es sólo, al modo tradicional, una ficción y una coartada, sino que se convierte en modo de ser y en visión del mundo.

Nada mal para empezar. Lo leí en menos de un día, lo que significa que también es un buen principio para el proyecto.
Normalmente no me gusta leer obras de teatro. Encuentro éste género algo tedioso. Me molesta leer el personaje antes del diálogo. Quizás es la falta de costumbre, porque prefiero leer novelas, pero definitivamente no es lo que más me gusta. Leeré algunas más a ver qué pasa.
Me gustó. Es imposible que Shakespeare no guste. A quien no le gusta éste dramaturgo inglés ya absolutamente clásico no sabe apreciar del todo la literatura. Es así. Es una regla. Sirve para el amor, para la tragedia y para las risas. Era un autor casi camaleónico, pero fácil de distinguir.
No puedo no citar uno de los discursos más famosos de toda la historia, así que acá está.

“HAMLET
Ser o no ser... He ahí el dilema.
¿Qué es mejor para el alma,
sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos,
o levantarse en armas contra el océano del mal,
y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir...
Nada más; y decir así que con un sueño
damos fin a las llagas del corazón
y a todos los males, herencia de la carne,
y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir,
dormir... ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño
de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz? He ahí la razón
por la que tan longeva llega a ser la desgracia.
¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas [del mundo,
la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio,
la angustia del amor despreciado, la espera del juicio,
la arrogancia del poderoso, y la humillación
que la virtud recibe de quien es indigno,
cuando uno mismo tiene a su alcance el descanso
en el filo desnudo del puñal? ¿Quién puede soportar
tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la vida una carga
tan pesada? Nadie, si no fuera por ese algo tras la [muerte
—ese país por descubrir, de cuyos confines
ningún viajero retorna— que confunde la voluntad
haciéndonos pacientes ante el infortunio
antes que volar hacia un mal desconocido.
La conciencia, así, hace a todos cobardes
y, así, el natural color de la resolución
se desvanece en tenues sombras del pensamiento;
y así empresas de importancia, y de gran valía,
llegan a torcer su rumbo al considerarse
para nunca volver a merecer el nombre
de la acción. Pero, silencio... la hermosa Ofelia ¡Ninfa,
en tus plegarias, jamás olvides mis pecados!”


Se augura un buen principio, así que estoy feliz. Especialmente porque hoy también escribí un capítulo entero, por lo que logré que la lectura no me interfiriera con la escritura, que era lo que más me preocupaba.
Ahora me voy a ver con qué sigo el día dos. ¡Sólo 364 más por leer!

L.-

8.09.2010

365 días para leer.

Publicado por L.- en 22:31 0 comentarios
En una especie de desvelado aburrimiento se me ocurrió un proyecto nuevo. Quizás no sea la gran cosa, ni lo más difícil del mundo, ni nada por el estilo, pero de todos modos decidí que iba a crear un blog para poder documentarlo.
Mi idea es la siguiente: en 365 días, leer tantos libros como pueda.
Recuerdo que en una época leía varios libros por semana. Con el correr de los años y los cambios en la vida, la lectura se empezó a espaciar, y ahora con suerte leo un libro por mes. Estando sin trabajo, debería ocupar mi tiempo libre en pasar página tras página, pero lo cierto es que muchas veces me encuentro sentada frente a la televisión mirando cosas aleatorias con el sólo objetivo de llenar mis horas. Quizás de ésta manera pueda también, en cierta manera, reducir mi consumo televisivo y culturizar un poco esta cosa tan molesta llamada desempleo.
Voy a poner sólo cuatro reglas a éste proyecto:
1) Aunque empiece a trabajar o a estudiar, no puedo suspenderlo hasta que no hayan pasado los 365 días.
2) No puede interferir con mi escritura. Tengo que balancear ambas actividades de la mejor manera.
3) Puedo releer un libro que haya leído previamente al comienzo de éste proyecto, pero no repetir el mismo dentro de los 365 días.
4) Es necesario que lea TODOS LOS DÍAS, al menos una página.

Todos los días voy a hablar un poco del libro que esté leyendo. Acepto recomendaciones, aunque no prometo leer todos los libros que me sean recomendados, por una cuestión de dinero y demás.
En ésta planilla voy a ir registrando los libros leídos y a hacer el conteo final dentro de un año:



¡Y ahora sí! ¡A leer! El conteo empieza mañana.

L.-
 

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